Viniste a verme, sin avisar ni nada, me sorprendió tu llamada al timbre. Acababa de vestirme y mis padres justo habían salido, fue el momento oportuno. Te invite a pasar y vi en tus ojos algo diferente. Estabas decidido, como seguro de que algo tenía que ocurrir.
Deje de mirarte para convidarte un vaso de refresco, y fue ahí, cuando nos sentamos en el sillón, cuando me dijiste:
-Hacía tiempo que no nos veíamos… era necesario hacerlo, no crees?
-Si, supongo…
-No te alegra verme? Si lo consideras una imprudencia, decime… en tal caso no te entretengo más. Al fin y al cabo, hace que no se nada de tu vida.
-No es eso… - se notaba mi indecisión- tal vez, tendrías que haberlo hecho antes. La verdad sí que pasaron cosas en mi vida, pero no he olvidado lo que compartimos y aun guardas un sentido especial en mi. Tan solo me siento algo confusa, pero bueno…
-Tranquila, estoy aca para escucharte, así que no tengas miedo, podes confiar en mi.
-Bueno... aun no logre solucionar mi inestabilidad, y aun sigo cayendo continuamente, ahora que apareciste justo estaba en uno de esos momentos, y fue un alivio para mi sentirte cerca. Pero me cuesta controlar mis sentimientos, siguen cambiando mucho y no quiero hacer mas daño a nadie... por eso he estado sola todo este tiempo.
-Me gustaria decirte algo para ayudarte... pero no hay nada que pueda hacer.
-Nadie puede hacer nada, aunque si te digo la verdad, aunque apoyarme en alguien no es la solucion, me ayudaba mucho a seguir adelante. Ahora me siento mas insegura conmigo misma, y no soy capaz de comprometerme con nada.
-Te entiendo, pero si me miras... que es lo que sentis?
-Que por mas que intente que el tiempo cambie las cosas, no cambian... nose, no soy capaz de decirtelo.
Notaste mi nerviosismo y timidez, necesitaba tu abrazo en ese momento y me lo diste.
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