domingo, 20 de marzo de 2011

Paseo con mi amado

Me desvele en medio de la noche, tenía que tomar agua, fuí y volví a meterme en la cama. Tenía frio, pero estaba Pablita, la abrace bien fuerte para calentarme y quedamos dormidas. Cuando me desperto el despertador me levante corriendo por el frio me vestí, y deje bien tapados a mis lindos y queridos perritos. Tome mis cosas, me apronte y fuí a clase. Como tenía algunas horas libres, hice todo lo posible por aprovechar el tiempo y estudiar. Una vez llegue a casa, comí, ayude a limpiar y luego ordene mi habitación. Tuve que despertar a Pablita y Lucianito, y los apoye donde mi almohada junto a otros peluches que le hacian compañia. Te llame para ver como estabas pero no contestaste, me puse medio triste, pero a la media hora pudimos hablar. Estabas bien, habías estado comiendo y ahora ibas a tocar el piano, así que una vez acabamos de hablar decidí viajar para alla sin avisarte. Tenía ganas de verte, así que tome un bus hacia tu residencia. Metiendome gracias a que las puertas las abren por el colegio, fuí rápido hacia tu habitación... y no estabas, así que me propuse por el ascensor bajar hacia la habitación del piano. Me puso nerviosa atravesar los pasillos, por si alguien me veía, pero una vez comence a bajar las escaleras escuche tu dulce melodia y supe que estabas ahí, lo que me trajo un alivio. Cuando me viste no sabias que decir, no esperabas que apareciera y te dio mucha alegría sentirme a tu lado. Te dí un abrazo bien fuerte y nos besamos. Me sente a tu lado para escucharte tocar una hora más. Cuando acabaste decidimos dar un paseo, por suerte era uno de los pocos días que salía el sol. Fuimos hacia el puerto, es uno de los lugares más lindos, siendo que ahí en uno de los bancos que miran al mar, nos dimos nuestro primer beso. Así que caminamos por esa zona. Despues se nos ocurrio ir hacia la torre atravesando con un bus; me impresiono volver a ver esas vistas. La torre era hermosa, pero sinceramente, lo que más me gustaba era ver la hierba verde, las rocas, el mar, las olas azules y blancas chocando en la orilla... lo que más me gusto fue sentirme libre en esa naturaleza viva. Me dio ganas de correr, de caminar por caminos aun no inventados, te lleve de la mano aunque me adelantaste rapidamente y al final la que iba colgando era yo. Una vez llegamos a cerca de la orilla, como habia acantilados no bajamos a tocar el agua, pero si nos quitamos algunas fotos. Como habia mucho viento, nos daba gracia, al menos a mi me enloquecia verte tan despeinado, me hacia muy feliz compartir ese momento. Te abrace bien fuerte sintiendo por dentro que eras mi vida, y que me llenabas de ilusión, te bese y me besaste. Volvimos de nuevo a la hierba y nos acostamos, mirabamos al cielo las nubes abrazados, iban y venian, las gaviotas volaban... que hermoso estar juntos... Despues volvimos caminando por la costa y vimos las playas, y el monte San Pedro de lejos, hasta que anochecio, y apoyados en el muro del paseo contemplamos la hermosa luna.

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