jueves, 8 de octubre de 2009

Estereotipos de género

Dejo acá estos dialogos que dan lugar a que uno reflexione sobre la conformación social de la identidad de género , sobre las normas y los valores morales que estan presentes en la sociedad.

Texto 1. (A. Giddens, Sociología)


Dos recién nacidos están en el “nido” de un hospital. Uno de ellos, un varón está cubierto por una manta azul, el otro, una niña, tiene una manta rosa. Ambos bebés sólo tienen unas horas y sus abuelos les están mirando por primera vez. La conversación entre los abuelos de uno de ellos es la siguiente:

ABUELA A: Ahí está; nuestro primer nieto ¡y es un niño!
ABUELO A: Eh, ¿a que le ve muy fuerte? Mira cómo amenaza con el puño. Va a ser un gran luchador. ¡Eh pequeño!
ABUELA A: Se parece a ti. Tiene mandíbula como tú. ¡Oh, mira, está llorando!
ABUELO A: Sí, escucha ese par de pulmones. Va a ser un tiarrón.
ABUELA A: Pobrecito, sigue llorando.
ABUELO A: Está bien. Es bueno para él. Hace ejercicios y así desarrollará sus pulmones.
ABUELA A: Vamos a felicitar a los padres. Están encantados con el pequeño Fred. Querían un niño primero.
ABUELO A: Sí, y estaban seguros de que iba a ser un niño, con todo ese pataleo y es tripa tan grande…

Cuando se van a felicitar a los padres, llegan los abuelos del otro bebé. El diálogo entre ellos es el siguiente:

ABUELA B: Ahí está, la única con un gorrito rosa en la cabeza, ¿no es un amor?
ABUELO B: Sí. ¡Qué pequeñita es! Mira que deditos más pequeños tiene. Oh, mira está tratando de lanzar un puñetazo.
ABUELA B: ¿No es una monada?
ABUELA B: Oh, mira, está llorando.
ABUELO B: Tal vez deberíamos llamar a la enfermera para que la coja o le cambie algo.
ABUELA B: Sí. Pobre niñita (A la niña). Sí, sí, vamos a ayudarte.
ABUELO B: Vamos a buscar a la enfermera. No me gusta verla llorar.
ABUELA B: Hmmm. Me pregunto cuando tendrán el próximo. Sé que a Fred le gustaría tener un niño, pero la pequeña Fredericka está bien y sana. Eso es lo que realmente importa.
ABUELO B: Aún son jóvenes, tienen tiempo de tener más niños. Yo también doy gracias de que esté sana.
ABUELA A: No creo que se sorprendieran cuando vieron que era una niña…, no había engordado casi nada.


Texto 2. (F. de Lagarde/ E. García y Aguas Vivas, Le Monde, 1975) El mundo al reves.

-Vengo por lo del anuncio, señora.
-Bien-dice la jefe de personal-. Siéntese. ¿Cómo se llama usted?
-Bernardo...
-¿Señor o Señorito?-Señor.-
Deme su nombre completo.
-Bernardo Delgado, señor de Pérez.
-Debo decirle, señor de Pérez que, actualmente, a nuestra dirección no le gusta emplear varones casados. En el departamento de la señora Moreno, para el cual nosotros contratamos al personal, hay varias personas de baja por paternidad. Es legítimo que las parejas jóvenes deseen tener niños -nuestra empresa, que fabrica ropa de bebé, les anima a tener hijos-, pero el absentismo de los futuros padres y de los padres jóvenes constituye un duro handicap para la marcha de un negocio.
-Lo comprendo, señora, pero ya tenemos dos niños y no quiero más. Además...(El señor de Perez se ruboriza y habla en voz baja) ...tomo la píldora.
-Bien, en ese caso sigamos. ¿Qué estudios tiene usted?
-Tengo el certificado escolar y el primer grado de formación profesional de administrativo. Me habría gustado terminar el bachillerato, pero en mi família éramos cuatro y mis padres dieron prioridad a las chicas, lo que es muy normal. Tengo una hermana coronela y otra mecánica.
-¿En qué ha trabajado usted últimamente?
-Básicamente he hecho sustituciones, ya que me permitía ocuparme de los niños mientras eran pequeños.
-¿Qué profesión desempeña su esposa?
-Es jefa de obras de una empresa de construcciones metálicas. Pero está estudiando Ingeniería, ya que en un futuro tendrá que sustituir a su madre, que es la que creó el negocio.
-Volviendo a usted. ¿Cuáles son sus pretensiones?
-Pues...
La entrevistadora no le deja tiempo para reflexionar:
-Evidentemente con un puesto de trabajo como el de su esposa y con sus perspectivasde futuro, usted deseará un sueldo de complemento. Unos duros para gastos personales, como todo varón desea tener, para sus caprichos, sus trajes. Le ofrecemos800 € mensuales para empezar, una paga extra y una prima de asiduidad. Fíjese en este punto, señor de Pérez, la asiduidad es absolutamente indispensable en todoslos puestos. Ha sido necesario que nuestra directora crease esta prima para animar alpersonal a no faltar por tonterías. Hemos conseguido disminuir el absentismo masculino a la mitad; sin embargo, hay señores que faltan con el pretexto de que el niño tose o que hay una huelga en la escuela.¿Cuántos años tienen sus hijos?
-La niña seis y el niño cuatro. Los dos van a clase y los recojo por la tarde cuandosalgo del trabajo, antes de hacer la compra.
-Y si se ponen enfermos, ¿tiene usted algo previsto?
-Su abuelo puede cuidarlos. Vive cerca.
-Muy bien, gracias, señor de Pérez. Ya le comunicaremos nuestra respuesta dentrode unos días.
El señor de Pérez salió de la oficina lleno de esperanza. La jefa de personal se fijó en él al marcharse. Tenia las piernas cortas, la espalda un poco encorvada y apenas tenía cabello. "La señora Moreno detesta los calvos", recordó la responsable de la contratación.
Y, además, le había dicho: "Más bien uno alto, rubio, con buena presencia y soltero".
Y la señora Moreno será la directora del grupo el año próximo.Bernardo Delgado, señor de Pérez, recibió tres días más tarde una carta queempezaba diciendo: "Lamentamos...".

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