Cuando el alma pertenece a otra persona y esta se encuentra distante y ausente, uno se aproxima a la muerte; el sufrimiento es tal que la obsesion aumenta al ritmo de los latidos, pero no se acaba; te hace pedazos lentamente y la impotencia desespera. El amor es demasiado fuerte para morir, impide el suicidio y hace llorar al alma que espera encontrarlo cuanto antes para revivir...
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